VenApp: en Venezuela la tecnología también es un arma de represión
- esfalsoque

- 31 oct
- 2 Min. de lectura

Lejos de ser una herramienta de servicio público, VenApp se perfila como un sofisticado instrumento de vigilancia, control social y persecución política. En la práctica, se trata de una nueva pieza del engranaje autoritario del régimen de Nicolás Maduro.
El propio Maduro presentó la aplicación afirmando que su objetivo es permitir a los ciudadanos reportar “todo lo que vean y todo lo que oigan, las 24 horas del día”. En un país donde la represión y el miedo sustituyeron hace tiempo a las instituciones democráticas, esa frase suena más a advertencia que a promesa.
Desde hace años, el chavismo ha promovido la figura del “patriota cooperante”: ciudadanos anónimos que denuncian ante los cuerpos de inteligencia a opositores, periodistas, activistas o simplemente a quienes piensan distinto. Con VenApp, el régimen digitaliza ese modelo de delación colectiva, transformando cada teléfono en un puesto de vigilancia del Estado.
Bajo el pretexto de “garantizar la seguridad”, la aplicación permite recopilar datos personales, geolocalización y patrones de comportamiento, información que, en manos de un régimen autoritario, puede ser usada para perseguir, intimidar o chantajear a cualquier ciudadano.
En numerosas comunidades, el temor a ser denunciado por los llamados “jefes de calle” o por simpatizantes del chavismo ha impuesto la autocensura como norma. El miedo a hablar, opinar o incluso publicar en redes se ha convertido en una forma de supervivencia.
Lo que el régimen presenta como un “avance tecnológico” no es más que un nuevo paso hacia la consolidación del Estado represor. Con VenApp, el chavismo pretende llevar el control social al bolsillo de cada venezolano, borrando aún más la frontera entre la vida privada y el poder político.





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