“Ya no me quedan ganas de seguir”: la carta de Merlys Oropeza, condenada a 10 años por un estado de WhatsApp
- esfalsoque
- 25 jun
- 2 Min. de lectura

La joven venezolana Merlys Oropeza, detenida por publicar un mensaje crítico en WhatsApp, rompió el silencio con una carta escrita a mano que retrata el sufrimiento que vive tras más de 10 meses de encarcelamiento arbitrario.
Oropeza fue arrestada el 9 de agosto de 2024, y el pasado 18 de junio fue condenada a 10 años de prisión por el delito de incitación al odio. La sentencia, dictada por el Tribunal Tercero de Juicio de Maturín, ha sido calificada como desproporcionada por organizaciones de derechos humanos y ha despertado una ola de indignación dentro y fuera del país.
El mensaje que originó su detención fue publicado en sus estados de WhatsApp tras las controvertidas elecciones presidenciales: “Qué triste ver personas que prefieren la bolsa de gorgojos a un futuro para sus hijos”, escribió, en referencia a los CLAP.
Según su defensa, el proceso judicial estuvo plagado de irregularidades. Los abogados aseguran que no se presentaron pruebas sólidas, que el mensaje no contenía amenazas ni identificaba a ninguna persona en particular. Por su parte, el periodista Norbei Marín informó que la defensa solicitó la revisión urgente del fallo, alegando violaciones al debido proceso.

La carta de Merlys Oropeza, dirigida a sus padres, ha circulado como un testimonio desgarrador del costo humano que implica la represión política en Venezuela. “Estoy aquí, en este lugar oscuro, encerrada no solo en cuatro paredes, sino por el peso de mi culpa y mi tristeza... ya no me quedan ganas de seguir”, escribió la joven venezolana.
En su mensaje, relata sentirse rota, vacía y sin fuerzas, y refleja cómo su encarcelamiento ha afectado profundamente a su familia: “Cada segundo me golpea la conciencia… en cada uno de esos golpes están ustedes, sus rostros, su dolor, sus noches sin dormir”, dijo.Ustedes merecen paz, merecen alegría, merecen una hija que les devuelva el amor que les ha sobrado... y yo ya no sé si tenga fuerzas para ser esa hija”.

La carta de Merlys Oropeza no solo denuncia una injusticia, sino que pone rostro humano al sufrimiento silencioso de cientos de presos políticos y sus familias en Venezuela.
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