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La oferta secreta de Maduro: entregar recursos del país a EE. UU. a cambio de perpetuarse en el poder

  • Foto del escritor: esfalsoque
    esfalsoque
  • 14 oct
  • 2 Min. de lectura

Maduro

En la última escalada de tensión entre Venezuela y Estados Unidos, han salido a la luz detalles de las innumerables rondas de negociaciones entre el régimen de Nicolás Maduro y Washington, en las cuales Caracas llegó a ofrecer entregar buena parte de las riquezas nacionales con tal de asegurar su permanencia en el poder. El argumento propagandístico del chavismo (que “la Casa Blanca quiere robarse el petróleo”) quedó desenmascarado: en privado, el régimen habría puesto su patrimonio en la mesa. Pero Estados Unidos decidió no ceder y dio por concluido el diálogo.


Mientras el mundo observaba la llegada de buques de guerra en el mar Caribe y las amenazas de Trump de atacar por tierra laboratorios de drogas dentro de Venezuela, Maduro movía fichas diplomáticas de alto riesgo.


Según reportes del New York Times y otros medios que han seguido el caso, funcionarios venezolanos propusieron abrir “todos los proyectos petroleros y auríferos, actuales y futuros” a empresas estadounidenses, con contratos preferenciales y la redirección de exportaciones lejos de China hacia EE. UU.  También se habló de recortar drásticamente los acuerdos energéticos y mineros con China, Rusia e Irán, antiguos aliados estratégicos del chavismo, para complacer las exigencias de Washington.


Una contradicción brutal: los mismos discursos que durante 26 años atacaban sin cesar la “injerencia imperialista” eran utilizados en privado como moneda de negociación, mientras ofrecían entregar buena parte del país a cambio de permanecer en Miraflores.


Estados Unidos, sin embargo, cesó todo contacto. Según reportes, la Casa Blanca evaluó que estas ofertas no eran sinceras ni sostenibles, dadas las promesas incumplidas del régimen en negociaciones anteriores. La decisión final fue tajante: Donald Trump anunció la semana pasada el cese total del diálogo con el régimen venezolano.


El presidente instruyó a su enviado especial, Richard Grenell, a finalizar cualquier acercamiento con Caracas. Además, la administración estadounidense reforzó su discurso de confrontación: la Casa Blanca respondió duramente a una carta enviada por Maduro, calificándola de “lista de mentiras” y reafirmando que considera al régimen ilegítimo.


La venta del país para salvar al régimen de Maduro


La revelación de estas negociaciones desnuda el cinismo del régimen dispuesto a vender su alma.


La crisis venezolana ha sido pintada como un choque entre un Estado “antiimperialista” y el dominio de EE. UU. Sin embargo, queda demostrado que ese enfrentamiento era también una obra de teatro en la que el régimen usaba la retórica revolucionaria para disfrazar sus ansias de dinero.


Trump, al cortar el canal diplomático, obligó una elección: o Maduro renuncia o el conflicto escalará hacia zonas más peligrosas. 

 
 
 

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