Condenadas a 10 años de prisión por estampar camiseta con la estatua de Chávez derribada

Las jóvenes recibieron una condena de 10 años. Foto: El Nacional

Génesis Gabriela Pabón Paredes, de 27 años, y Rocío Del Mar Rodríguez Guillén, de 24, fueron condenadas a 10 años de prisión tras ser acusadas de incitación al odio, traición a la patria y terrorismo, luego de estampar camisetas con la imagen de la caída de una estatua de Chávez.

El caso se remonta a agosto de 2024, cuando ambas jóvenes llevaban apenas un mes trabajando en una modesta tienda de serigrafía. Fue entonces cuando comenzaron a recibir insistentes mensajes de un supuesto cliente que les solicitaba camisetas con la imagen de la caída de una estatua. El pedido fue tramitado por WhatsApp, pagado en dólares y con carácter de urgencia.

Cuando acudieron a entregar las franelas, en condiciones que ya resultaban sospechosas, fueron interceptadas por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quienes, sin mediar palabra, confiscaron las camisetas y procedieron a detenerlas.

La ironía del caso radica en que posteriormente Pernía, Marquina y Blanco fueron detenidos por su implicación en la fuga del exalcalde Abraham Hayon Chocrón, siendo imputados por “traición a la Patria” y “asociación para delinquir”.

Condenadas por estampar la caída de la estatua de Chávez

Durante el juicio, iniciado el 18 de agosto de 2024 en el Tribunal de Control N.º 03 de El Vigía, ambas jóvenes se declararon inocentes de los cargos graves que se les imputaban. Rodríguez reconoció que aceptaron el trabajo de estampar la caída de la estatua de Chávez por necesidad económica. “Nos pasó por tontas, por querer ganarnos un poquito de dinero”, declaró Rocío Del Mar Rodríguez.

“No somos personas de incitar al odio, yo estoy recién graduada, somos personas trabajadoras que hemos salido adelante como para que nos pase esto por un error, por confiadas”, añadió la joven.

Organizaciones defensoras de derechos humanos han exigido la revisión del caso, al considerar que se trata de una condena desproporcionada basada en pruebas manipuladas. A pesar de las denuncias y las irregularidades evidentes, Pabón y Rodríguez hoy enfrentan una sentencia de una década por un delito que, según afirman, nunca cometieron.