Acorralado: Maduro admite ruptura de comunicaciones con Washington

El régimen de Nicolás Maduro atraviesa su momento más crítico. Aislado internacionalmente y con crecientes acusaciones de vínculos con el narcotráfico, se encuentra bajo la presión directa de Estados Unidos.

Este lunes, 15 de septiembre, admitió la ruptura de comunicaciones con Estados Unidos, luego de presuntas negociaciones para su salida del poder en medio de tensiones por el operativo antinarcóticos desplegado por la administración de Trump en el sur del mar Caribe.

“Hoy puedo anunciar que las comunicaciones con el gobierno estadounidense se encuentran destruidas por sus amenazas de bombas (…) pasamos de una etapa de relaciones maltrechas a completamente deshechas”, señaló.

De esta manera, el chavismo pretende maquillar la verdad con su retórica de una supuesta ‘agresión militar’ por parte de Estados Unidos. Sin embargo, la realidad es que Washington busca desmantelar la estructura criminal que encabezan Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López, señalados como los principales cabecillas del llamado Cartel de los Soles.”

La narrativa de victimización internacional pretende ocultar lo que ya es un secreto a voces: el chavismo se sostiene gracias a redes ilícitas y a la protección de grupos criminales, mientras el pueblo venezolano sigue hundido en la pobreza y la persecución política.

Lejos de tratarse de un ataque injustificado, el cerco que enfrenta Nicolás Maduro es el resultado de años de impunidad, corrupción y complicidad con el narcotráfico. En tanto, Estados Unidos asume un rol de contención frente a un régimen que amenaza no solo la estabilidad regional, sino también la seguridad internacional.

Hoy Maduro enfrenta el peso de su propia responsabilidad: haber convertido a Venezuela en un Estado fallido y en un santuario del narcotráfico.