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“Dos santos y 30 millones de rehenes”: la canonización que Maduro intentó convertir en acto político

  • Foto del escritor: esfalsoque
    esfalsoque
  • 19 oct
  • 2 Min. de lectura

canonización

La canonización de los primeros dos santos venezolanos, “el médico de los pobres” José Gregorio Hernández y la religiosa Carmen Rendiles, que tuvo lugar este domingo en Roma, trascendió su carácter religioso y quedó marcada por fuertes resonancias políticas en Venezuela.


Lo que en principio se vislumbraba como una celebración espiritual común, fue convertida por el régimen de Nicolás Maduro en una plataforma de propaganda. Según reseñó el diario El Nacional en Caracas se instalaron pantallas gigantes en iglesias y plazas, transmitiendo exclusivamente la señal estatal del canal Venezolana de Televisión (VTV), que intercaló la liturgia con especiales sobre Maduro.


En la iglesia de La Candelaria, epicentro de la devoción a Hernández, la transmisión dejó de lado señales neutrales y priorizó la versión estatal, con discursos políticos mezclados en el contexto religioso. Además, Delcy Rodríguez presidió un acto previo que incluyó la inauguración de monumentos, entrega de obras de restauración y un despliegue de seguridad que, según testigos, incluyó la presencia de colectivos armados.


La líder política María Corina Machado y el presidente electo Edmundo González Urrutia emitieron un comunicado conjunto en redes sociales titulado “Dos santos y 30 millones de rehenes”, donde, aunque celebraron la canonización, lamentaron la situación del país.


“Son dos santos para 30 millones de venezolanos rehenes. Más de 800 presos políticos, miles de perseguidos y exiliados, y millones sometidos a un dolor constante por parte de un régimen que desconoce la voluntad popular y no entiende que se tiene que ir”, manifestaron.



Por su parte, González Urrutia publicó en su cuenta de X otro mensaje que aunaba fe y política: “La canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles recuerda que la grandeza de un país se mide por su capacidad de servir con generosidad y humildad… Su ejemplo renueva nuestro compromiso con el país y nuestra convicción de que Venezuela puede levantarse, unida y firme, sobre los valores que nos dieron fuerza y sentido.”


Analistas señalan que el régimen chavista, al aprovechar un acto de naturaleza eclesial, busca ampliar su legitimidad moral y espiritual ante una población desgastada por la crisis económica, la emigración masiva y una ola represiva sin precedentes.


Cómo se vivió la canonización desde Roma


A finales de la semana se conoció que una amplia comitiva del régimen viajó al Vaticano para participar en la ceremonia de canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles. Un día antes del evento, cientos de venezolanos increparon al exembajador chavista Roy Chaderton, quien se hizo presente en la Basílica de San Pedro.



Videos difundidos en redes sociales muestran a los manifestantes coreando consignas en su contra, mientras Chaderton intentaba abandonar el lugar. Los asistentes calificaron su presencia como “una ofensa” a las víctimas del régimen, recordando sus polémicas declaraciones de 2015, cuando afirmó que “una bala en la cabeza de un escuálido pasa rápido y suena hueco”. En aquella oportunidad, el exfuncionario justificó la violencia contra los opositores venezolanos y aseguró que el cerebro de un chavista y el de un opositor se diferencian porque el de estos últimos “no tiene contenido”, razón por la cual “la bala pasa rápido”.



Paralelamente, una delegación del gobierno electo de Venezuela también asistió a la misa en Roma con motivo de la canonización. Entre sus miembros figuraban Carolina González, hija de Edmundo González Urrutia, y Ricardo Sosa Machado, hijo de María Corina Machado.


 
 
 

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